Las presas de Nuevo León han alcanzado niveles récord de almacenamiento tras las intensas lluvias provocadas por la tormenta tropical Alberto, forzando a Conagua a realizar desfogues controlados.

Nuevo León ha enfrentado una de las sequías más severas en años recientes, lo que ha dejado a las principales presas del estado en niveles críticamente bajos. La llegada de la tormenta tropical Alberto a finales de agosto y principios de septiembre de 2024 ha revertido esta situación, llevando las presas La Boca, Cerro Prieto y El Cuchillo a sobrepasar sus capacidades normales.

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) reportó que la presa La Boca alcanzó un 103.94% de su capacidad, mientras que Cerro Prieto superó el 109%, y El Cuchillo se mantuvo en un 88.29%. Ante estos niveles inusualmente altos, Conagua decidió iniciar desfogues controlados para evitar inundaciones en zonas vulnerables cercanas, especialmente en los municipios de Santiago y China, que podrían ser gravemente afectados si las presas sobrepasan sus límites seguros.

El gobernador de Nuevo León, Samuel García, comentó sobre la situación:

“Conagua ha establecido que El Cuchillo no debe superar el 87% de su capacidad para garantizar la seguridad de la población. Actualmente estamos monitoreando constantemente para evitar cualquier riesgo de inundación”

Además, el director del Organismo de Cuenca Río Bravo de Conagua, Luis Carlos Alatorre, explicó: “Los desfogues son necesarios para mantener el control sobre el volumen de agua, especialmente considerando que aún podrían presentarse más lluvias”.

Datos y estadísticas
Las cifras proporcionadas por Conagua muestran que La Boca está almacenando 36.37 millones de metros cúbicos (Mm³) de agua, Cerro Prieto 327.81 Mm³, y El Cuchillo 991.60 Mm³. Estos valores superan en algunos casos los niveles de seguridad establecidos, lo que ha generado preocupación entre las autoridades y la población local. Los desfogues han sido calculados para liberar cantidades precisas de agua y reducir la presión sobre las presas sin causar daños aguas abajo.

Comentarios
La situación actual en Nuevo León resalta la importancia de una gestión hídrica eficiente y planificada, especialmente en un contexto de cambio climático donde los patrones de precipitación son cada vez más impredecibles. Las autoridades deben continuar monitoreando de cerca las presas y tomar decisiones rápidas para mitigar posibles riesgos, como inundaciones o desbordamientos.

Además, la población debe estar informada y preparada para responder a cualquier eventualidad. Las recientes lluvias, si bien han sido un alivio para la sequía, también han puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la infraestructura hidráulica de la región ante eventos meteorológicos extremos. Es imperativo que se realicen inversiones en la modernización y mantenimiento de estas estructuras para evitar futuros incidentes.

Fecha Publicación: 6 de septiembre de 2024