Ya desde 2020 y 2022 se habían publicado decretos presidenciales que prohibían la importación y venta de vapeadores y/o cigarros electrónicos, sin embargo, no formaban parte de una legislación y se oponía a lo dictado en la Constitución por lo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) concedía amparos para quienes importaban, distribuían o vendían estos productos.
Recientemente el congreso aprobó la prohibición de la comercialización de vapeadores y cigarros electrónicos, con 21 votos a favor, 15 en contra y ninguna abstención, este martes 13 de agosto se dio luz verde a la iniciativa propuesta por el actual presidente, López Obrador; esta propuesta pasará a discusión de la Mesa Directiva.
La COFEPRIS advierte que el uso de estos productos daña la salud de los consumidores, provocando enfermedades respiratorias agudas e incluso la muerte. Pero es una realidad que en el mercado hay muchos otros productos que son dañinos para la salud y no son ilegales como el alcohol y el tabaco, y la historia ha demostrado que la prohibición de un producto/sustancia no logra erradicar el consumo, al contrario, propicia la creación de un mercado negro o clandestino, que no está regulado y genera más riesgos para la sociedad en general y no solo para los consumidores, como es el caso de la marihuana.
“Prohibir algo no funciona para reducir su consumo”
Aldo Contró | Especialista
Ante esto, el experto Aldo Contró expresa su desaprobación a que el tema se reduzca a una prohibición, mencionando que sería mejor una regulación, puesto que así el Estado puede vigilar este mercado, su producción, calidad, distribución, índices de consumo, etc. Al prohibir y cerrar un mercado el gobierno se deslinda de la responsabilidad de trabajar en la prevención del consumo, pierde el conocimiento de la situación, ¿quién, cómo y cuánto se produce?, ¿quién y cuánto lo consume?, toda esta desinformación los deja sin capacidad de actuar para erradicar la verdadera problemática.