La reciente caída del Nikkei 225, comparable con el «Lunes Negro» de 1987, provoca una reacción en cadena en los mercados financieros globales, exacerbando las preocupaciones económicas.
El mercado de valores japonés sufrió una de sus peores caídas en décadas el lunes, cuando el índice Nikkei 225 perdió un 12.4%, provocando una ola de ventas que sacudió los mercados globales. La incertidumbre económica y el aumento de las tasas de interés en Japón se encuentran entre las causas principales de este desplome.
El «Lunes Negro» de Japón ha dejado una huella profunda en el panorama financiero mundial. La caída del Nikkei 225, que perdió 4451 puntos en un solo día, no solo borró todas las ganancias acumuladas en el año, sino que también desencadenó ventas masivas en otras bolsas de Asia, Europa y América. Este desplome, comparado con el infame colapso de 1987, ha reavivado temores de una recesión global.
Citas y testimonios
Según Kyle Rodda, analista de mercados financieros en Capital.com, «La rápida apreciación del yen y el incremento de las tasas de interés han sido los catalizadores de esta venta masiva. Los inversionistas están liquidando sus activos para cubrir pérdidas, lo que ha amplificado el impacto en los mercados globales». El Ministro de Finanzas de Japón, Shunichi Suzuki, expresó su «grave preocupación» y aseguró que el gobierno está monitoreando de cerca la situación.
Datos y estadísticas
El índice Nikkei 225 cerró con una caída del 12.4%, el mayor descenso en un solo día desde 1987. En paralelo, el índice Kospi de Corea del Sur y el Taiex de Taiwán también sufrieron caídas significativas del 8.8% y 8.4% respectivamente. En Estados Unidos, el Dow Jones Industrial Average cayó más de 1,000 puntos y el NASDAQ perdió un 6% en la apertura del mercado el lunes.
Antecedentes
La última vez que el mercado japonés experimentó una caída similar fue en octubre de 1987, cuando el «Lunes Negro» original causó un colapso global de los mercados bursátiles. En los últimos meses, las preocupaciones sobre una posible recesión en Estados Unidos, combinadas con un yen históricamente débil y una economía global frágil, han creado un entorno propenso a la volatilidad. El reciente incremento de las tasas de interés por parte del Banco de Japón, diseñado para combatir la inflación, ha añadido presión sobre los mercados financieros.