El huracán Beryl, tras tocar tierra en Quintana Roo y Texas, ha dejado un rastro de destrucción, generando preocupación en las comunidades afectadas y los esfuerzos de recuperación en marcha.

El huracán Beryl, inicialmente clasificado como categoría 2, tocó tierra al norte de Tulum, Quintana Roo, el 5 de julio, causando daños significativos en la región. Posteriormente, la tormenta avanzó hacia Texas, donde golpeó con vientos de hasta 100 mph antes de debilitarse a una tormenta tropical.

El huracán Beryl se formó en el Atlántico a finales de junio, alcanzando rápidamente la categoría 5 debido a las temperaturas récord del agua. Su trayectoria lo llevó a través del Caribe, donde impactó a varias islas antes de dirigirse a la Península de Yucatán. Las autoridades locales en Quintana Roo habían implementado medidas de evacuación y preparación ante la llegada del huracán, lo que ayudó a evitar pérdidas humanas a pesar de los daños materiales.

En su paso por Quintana Roo, Beryl causó cortes de electricidad que afectaron entre el 40% y 50% de la población en varios municipios. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) desplegó equipos para restaurar el suministro eléctrico lo más pronto posible. En Texas, las áreas de Port O’Connor, Sabine Pass, Matagorda Bay y Galveston Bay fueron las más afectadas, con inundaciones repentinas y urbanas esperadas debido a las intensas lluvias y marejadas.

El huracán, tras debilitarse ligeramente, avanzó hacia Texas, donde las autoridades emitieron advertencias de tormenta tropical. A pesar de haber perdido algo de fuerza, Beryl continuó siendo una amenaza significativa con vientos fuertes y condiciones peligrosas en las playas del Golfo. La trayectoria de Beryl lo lleva ahora hacia el noreste, pasando por el Valle del Mississippi y el Valle de Ohio, donde se espera que se disipe en los próximos días.

Las comunidades afectadas han iniciado labores de limpieza y reconstrucción. En Quintana Roo, las autoridades trabajan para evaluar los daños y apoyar a los afectados, mientras que en Texas, los esfuerzos se centran en restaurar servicios y prevenir mayores inundaciones. La respuesta rápida de los equipos de emergencia ha sido crucial para minimizar el impacto en las poblaciones vulnerables.

Las autoridades continúan instando a la población a mantenerse informada y seguir las recomendaciones de seguridad. En las áreas costeras, se ha pedido a los residentes que eviten las playas debido a las peligrosas corrientes y oleaje. Los equipos de rescate y asistencia siguen en alerta para responder a cualquier emergencia adicional.

Mientras Beryl se desplaza hacia el noreste, los meteorólogos monitorean su progreso y los posibles efectos en otras regiones. Aunque se espera que la tormenta se debilite gradualmente, las autoridades permanecen vigilantes para asegurar que las comunidades en su camino estén preparadas y seguras.