Keir Starmer se perfila como el nuevo primer ministro tras una aplastante victoria, poniendo fin a 14 años de gobierno conservador.
El Partido Laborista británico, liderado por Keir Starmer, ha obtenido una victoria contundente en las elecciones generales del 4 de julio de 2024, logrando una mayoría absoluta con 410 de los 650 escaños en la Cámara de los Comunes. Este resultado histórico marca el fin de una era de 14 años de dominio conservador, con los conservadores obteniendo solo 131 escaños.
Esta elección se produce en un contexto de descontento generalizado con el gobierno conservador, caracterizado por una crisis en los servicios públicos, altos costos de vida y una gestión económica criticada. Keir Starmer ha prometido un cambio radical, enfocándose en la estabilidad económica y la mejora de los servicios públicos esenciales.
En su discurso de victoria, Starmer declaró que su administración se centrará en servir a las familias trabajadoras y restaurar la confianza en las instituciones públicas. Entre las promesas clave de los laboristas se encuentran la creación de «Great British Energy», una empresa pública de energía, y la nacionalización de ciertos servicios ferroviarios para mejorar la infraestructura y reducir costos para los usuarios.
Durante la campaña, Starmer enfatizó la necesidad de un cambio profundo en la gestión del NHS, proponiendo la contratación de 6,500 nuevos maestros y la creación de un comando de seguridad fronteriza. Estas medidas tienen como objetivo abordar la crisis en la atención médica y la seguridad, áreas donde el gobierno conservador ha sido duramente criticado.
La victoria laborista ha generado diversas reacciones en los mercados financieros. Se anticipa que la creación de «Great British Energy» y la nacionalización de servicios ferroviarios impactarán a las empresas privadas en estos sectores. Además, el enfoque en energías renovables y la reducción de impuestos para las clases trabajadoras son vistos como pasos importantes hacia una economía más equitativa y sostenible.
Con la mayoría absoluta, Starmer tiene el mandato necesario para implementar su ambicioso plan de reformas. Su administración buscará no solo revertir las políticas de austeridad de los últimos años, sino también establecer una base sólida para un crecimiento económico inclusivo y sostenible, poniendo a las familias trabajadoras en el centro de su agenda política.