Un refugio con más de 130 años de historia que ofrece atención médica, social y emocional a personas mayores
El Asilo San Sebastián, ubicado en la calle Otoño del barrio del mismo nombre en Querétaro, es un centro dedicado a brindar atención integral a personas adultas mayores. Con una historia que supera los 130 años, este espacio ha evolucionado desde sus orígenes como un hospital comunitario hasta convertirse en un refugio dedicado a la tercera edad. La infraestructura actual ha sido adaptada a lo largo del tiempo, manteniendo su funcionalidad y ofreciendo un ambiente seguro y digno para sus residentes.
Este asilo trabaja en estrecha colaboración con la Iglesia de San Sebastián y el Hospital del Sagrado Corazón, con el objetivo de maximizar los recursos y esfuerzos para apoyar a los adultos mayores. Frida Monserrat Torres, integrante del área administrativa, explicó que en este centro se proporcionan servicios médicos, psicológicos, de podología, fisioterapia y atención religiosa. Además, se ofrecen asistencia en actividades diarias y, en algunos casos, asesoría legal, todo con el fin de garantizar la calidad de vida de los residentes.
La atención en el Asilo San Sebastián se realiza las 24 horas, los 365 días del año. El personal del centro está continuamente atento al bienestar de los adultos mayores, trabajando en turnos que garantizan presencia y cuidado constante. La dedicación del personal asegura que, independientemente del día o la temporada, los residentes reciban atención adecuada y oportuna, creando un entorno estable y confiable.
Aunque el enfoque principal es atender a personas mayores de 65 años, existen excepciones. En casos especiales, personas más jóvenes, como dos residentes de 52 y 55 años, ingresan por condiciones de salud que ameritan este tipo de cuidado. Actualmente, en el asilo viven 42 personas, de las cuales aproximadamente el 70% son mujeres. La edad de los residentes varía desde los 52 hasta los 96 años, siendo la más longeva una mujer que alcanzó los 113 años.
Cabe destacar que, en ocasiones, instituciones como el DIF o la Procuraduría de Protección a Personas Adultas Mayores en Querétaro ingresan a personas al asilo por motivos de protección. Esto garantiza que aquellos que no cuentan con apoyo familiar o que enfrentan situaciones de vulnerabilidad puedan acceder a un espacio seguro y cuidado profesional.
El bienestar emocional y social de los residentes es una prioridad en el asilo. Se realizan actividades recreativas como fiestas temáticas, noches de cine y presentaciones musicales, además de visitas de escuelas y grupos culturales. Estas acciones buscan promover la socialización y mantener activos a los adultos mayores, fomentando su integración y alegría en esta etapa de la vida.
El personal del Asilo San Sebastián no solo se enfoca en brindar asistencia médica y social, sino también en crear un ambiente de convivencia familiar. La directora del centro destacó que el objetivo es que los residentes puedan descansar y disfrutar de su vejez sin preocupaciones. Muchas veces, las familias enfrentan conflictos o están distanciadas, por lo que este espacio se convierte en un refugio donde los adultos mayores pueden vivir con tranquilidad, sin sentir que están abandonados o desatendidos.
El apoyo del voluntariado es fundamental para la continuidad del asilo. La directora resaltó que el trabajo de los voluntarios ha sido clave para mantener los servicios y mejorar la calidad de vida de los residentes. Estudiantes de medicina, enfermería, psicología y fisioterapia acuden regularmente a realizar prácticas académicas, aliviando la carga del personal y aportando valor añadido. También, muchas personas participan en tareas de limpieza, cocina y acompañamiento, en un esfuerzo conjunto que fortalece la comunidad del centro.
Para ser voluntario, solo se requiere tener entusiasmo y ganas de ayudar. El personal del asilo asigna las tareas según las habilidades y disponibilidad de cada persona, permitiendo que cualquier interés se traduzca en una contribución significativa. En algunos casos, comunidades enteras, como grupos de apoyo o familias, colaboran en actividades específicas, como la preparación de alimentos o la organización de eventos recreativos.
Frida Monserrat Torres mencionó que actualmente el equipo de trabajo está conformado por 25 personas, pero que siempre hacen falta manos. La ayuda desinteresada de los voluntarios y practicantes es esencial para que el asilo continúe brindando una atención digna a sus residentes. La directora enfatizó que el apoyo más necesario en la actualidad no es solo económico, sino también en tiempo y compañía, aspectos que los adultos mayores valoran profundamente y que contribuyen a su bienestar emocional.
El compromiso del Asilo San Sebastián con la dignidad y la calidad de vida de las personas mayores refleja un esfuerzo constante por ofrecer un espacio donde puedan envejecer con respeto, cariño y seguridad. La labor de sus colaboradores y voluntarios asegura que cada residente reciba la atención y el afecto que merece en esta etapa de su vida.