Costos de útiles escolares en México aumentan para el regreso a clases

Redacción
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Foto: Especial

Familias enfrentan gastos elevados y buscan opciones para ahorrar en la compra de útiles escolares

El inicio del ciclo escolar 2025 en México está previsto para el 1 de septiembre. A menos de tres semanas de esa fecha, las madres y padres de familia enfrentan una de las tareas más complejas del año: adquirir la lista de útiles escolares, en un contexto económico cada vez más ajustado. La búsqueda de los materiales necesarios se desarrolla en librerías, papelerías, tiendas departamentales y centros comerciales, donde las familias llegan con listas en mano para comparar precios y evaluar la calidad de los productos. La principal preocupación es evitar que el gasto desequilibre las finanzas familiares, ya que los costos incrementan cada año.

“Cada año es un desafío”, comenta Teresa, madre de dos niños en educación primaria. “Parece que los precios suben más rápido que el salario. Lo que el año pasado costaba cinco pesos, ahora ya está en siete u ocho. Y no solo es un cuaderno, también la mochila, el estuche, las plumas y los colores.

Todo se va sumando”. La percepción de aumento en los precios refleja una preocupación generalizada en la Ciudad de México, donde las familias sienten el peso de la inflación en su economía familiar.

La situación se complica aún más debido a la diversificación en las listas de útiles. Además de los tradicionales cuadernos, lápices y gomas, muchas escuelas solicitan materiales específicos para actividades artísticas o proyectos especiales. “Ahora nos piden cartulinas de colores, foamy, pegamento especial, cosas que antes no eran tan comunes”, explica Juan, quien busca economizar comprando en mercados y tianguis, donde los precios suelen ser más bajos. Sin embargo, esta opción conlleva riesgos, pues la calidad de los productos económicos no siempre cumple con las expectativas.

“Uno tiene que balancear. A veces lo barato sale caro si se rompe a la primera semana”, lamenta.

Hasta junio de 2025, la inflación anual alcanzó un 4.32 por ciento, ligeramente inferior al 4.42 por ciento registrado en mayo, dejando el nivel más bajo desde noviembre del año anterior. Este contexto económico afecta directamente el gasto que las familias destinan al regreso a clases, que representa un aumento estacional significativo en el consumo privado. En estos meses, los hogares dedican recursos a útiles escolares, uniformes, ropa, calzado, mochilas, accesorios, tecnología educativa —como tablets, computadoras e impresoras—, transporte y alimentos escolares.

Tiendas departamentales, supermercados, plataformas de comercio electrónico y mercados locales experimentan un incremento en sus ventas durante este período, que abarca de julio a septiembre. La Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio estima que las ventas por este concepto superan los 90 mil millones de pesos en todo el país, impulsadas por la demanda de útiles y otros insumos necesarios para el ciclo escolar.

En este escenario, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) se ha consolidado como un aliado clave para las familias mexicanas. La dependencia realiza estudios de mercado y verificaciones de precios que facilitan decisiones informadas. Sus listados comparativos, disponibles en línea y en oficinas físicas, permiten identificar los establecimientos que ofrecen mejores precios y detectar posibles abusos o productos de baja calidad. “La Profeco nos da un punto de referencia”, afirma María, quien lleva una impresión de uno de los listados de la institución.

“Aunque no siempre están todos los productos que necesito, me ayuda a tener una idea de qué precio es justo y cuál no”.

La revista del Consumidor de Profeco, en su edición de agosto, recomienda comparar precios en diferentes tiendas físicas y en línea, aprovechando descuentos por compras anticipadas y promociones propias de la temporada. También aconseja optar por productos de buena reputación, investigar reseñas y opiniones de otros consumidores, y revisar en qué estado se encuentran útiles y mochilas para reutilizarlos, reduciendo así gastos y fomentando la sostenibilidad ambiental.

La reutilización de materiales del ciclo anterior se ha convertido en una práctica habitual y responsable. Mochilas, estuches y cuadernos con hojas en blanco se rescatan, reparan y vuelven a usar, promoviendo un consumo más consciente. “Reutilizar es la clave”, afirma Carmen, quien ha inculcado en sus hijos la importancia de cuidar sus pertenencias. “Si la mochila todavía sirve, ¿para qué comprar una nueva?

Lo mismo con el estuche o los colores que todavía tienen punta”. Esta estrategia ayuda a aliviar el gasto y fomenta una actitud ecológica.

Otra opción que las familias adoptan es la compra escalonada. En lugar de adquirir todos los útiles en una sola ocasión, distribuyen las compras a lo largo de varias semanas o días previos al regreso a clases. Pedro, por ejemplo, ha dividido la lista de su hijo en tres partes para facilitar el manejo financiero. “Una semana compro los cuadernos, otra los lápices y así.

Es más fácil de manejar”, explica. Aunque requiere planificación, esta táctica permite aprovechar ofertas y evitar compras de pánico que suelen elevar los costos.

El mercado de útiles escolares también ha evolucionado para responder a estas necesidades. Las papelerías de mayoreo se han consolidado como una opción económica para quienes se organizan en grupos de compra. La adquisición conjunta en volumen permite obtener precios mucho más bajos que en las tiendas minoristas. “Nos ponemos de acuerdo con los vecinos”, señala José, quien explica que hacen una lista grande para comprar en tiendas de mayoreo, ahorrando considerablemente en el proceso.

La lista oficial de útiles, publicada por la Secretaría de Educación Pública, establece los materiales requeridos para cada nivel educativo. Para la educación preescolar, los materiales incluyen diferentes tipos de papel, pinturas, pinceles, lápices de colores, tijeras, pegamentos y plastilina no tóxica, según los requerimientos de las educadoras y en acuerdo con las familias. En educación primaria, la lista varía por grado, pero en general incluye cuadernos de cuadrícula y de rayas, lápices, gomas, sacapuntas, tijeras, lápiz adhesivo, lápices de colores y reglas. En secundaria, los materiales son similares, con énfasis en cuadernos para cada asignatura y útiles básicos como bolígrafos, marcatextos y juegos de geometría, siempre bajo la guía de los docentes.

Este escenario evidencia que, aunque la inflación y los altos costos representan un reto, las familias mexicanas continúan buscando alternativas para cumplir con las listas escolares sin sacrificar su economía ni el cuidado del medio ambiente. La planificación, la reutilización y la compra en volumen son estrategias que permiten reducir gastos, mientras que la asesoría de instituciones como la Profeco ayuda a evitar prácticas abusivas y a tomar decisiones informadas.

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