Las cárceles en México, una bomba de tiempo, advierte la Iglesia

Redacción
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Foto: Especial

El padre Aurelio Mojica Limón denuncia la inseguridad y el control deficiente en las penitenciarías del país

El amotinamiento ocurrido en el Centro de Reinserción Social de Tuxpan, que dejó un saldo de siete personas fallecidas y once lesionadas, ha puesto en evidencia la grave problemática que enfrentan las cárceles en México. Ante esta situación, el padre Aurelio Mojica Limón, representante de la Iglesia, expresó que el control interno en los penales resulta sumamente difícil de mantener, lo que convierte a estos lugares en una verdadera bomba de tiempo.

Mojica Limón afirmó que, a pesar de los esfuerzos y recursos destinados, las autoridades enfrentan limitaciones que complican aún más la situación. “Es una bomba de tiempo esos lugares, por más ayuda que se les quiera dar hasta donde permiten también las autoridades, pues luego sí se complican, pues es difícil el control internamente”, comentó. La falta de una gestión adecuada y de recursos suficientes aumenta la vulnerabilidad de las instituciones penitenciarias.

El religioso subrayó que en estos centros de rehabilitación se deben garantizar todas las condiciones necesarias para la seguridad y la reinserción social de los internos. “Deberían de facilitar o de dar todas esas garantías de seguridad y de que las personas se vayan regenerando, de alguna manera encontrando ayuda para confrontarse y encontrar esa ayuda necesaria para poder reintegrarse de nuevo a la sociedad, tal parece que no se presentan o no se dan”, lamentó.

Asimismo, Mojica Limón recordó que durante su tiempo en el penal de Allende, la diócesis realizaba visitas periódicas a la penitenciaría. En esas visitas, constataban la sobrepoblación y las condiciones precarias en las que vivían los reclusos. “Todo lo que se vive además cuando escucha uno y platica con los internos de las exigencias que hay dentro, de esos lugares por parte de algunos que tienen el control o el poder dentro y que les van exigiendo ciertas cosas”, explicó. La presencia de actores internos que ejercen control y presión agrava todavía más la situación en las cárceles mexicanas.

El representante religioso añadió que en muchas ocasiones los internos solicitan ayuda económica y material para sobrevivir en un entorno hostil. La carencia de recursos y la falta de apoyo institucional generan un círculo vicioso que dificulta la rehabilitación y la reintegración social. La necesidad de una atención integral y un sistema penitenciario más eficiente resulta imperativa para reducir los riesgos de violencia y tragedias.

Mojica Limón puntualizó que, en la actualidad, la comunidad de religiosos mercedarios realiza visitas a varias penitenciarías en la región. Además del penal de Tuxpan, acuden a la cárcel en Cosamaloapan, conocida como “El Penalito”, en la diócesis de Veracruz. La presencia de estas instituciones religiosas busca brindar apoyo espiritual y acompañamiento a los internos, con la esperanza de contribuir en su proceso de recuperación.

Por otro lado, las visitas también alcanzan a las penitenciarías de Xalapa y Coatzacoalcos, donde las diócesis locales mantienen presencia constante. Sin embargo, la problemática de inseguridad, hacinamiento y control interno en las cárceles mexicanas sigue siendo un desafío que requiere atención urgente por parte de las autoridades y la sociedad en general.

En conclusión, las declaraciones del padre Aurelio Mojica Limón reflejan una realidad alarmante. Las cárceles mexicanas, en su estado actual, representan un riesgo latente que puede desembocar en tragedias mayores si no se toman medidas estructurales para mejorar las condiciones, la seguridad y la gestión interna de estos centros de justicia y rehabilitación.

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